Croacia es un auténtico paraíso para las personas a quienes les encanten las playas de aguas transparentes. Con más de 1.000 kilómetros de costa y unas sesenta islas habitadas (en total, el país tiene más de un millar de islas), Croacia es un destino increíble para disfrutar de unas vacaciones de verano de relax y desconexión a la orilla del mar.
Nuestra ruta de ocho días por Croacia y Eslovenia no tenía como objetivo hacer un recorrido por las playas del país, pero, obviamente, no pudimos evitar bañarnos en las cristalinas aguas del mediterráneo en más de una ocasión. De hecho, una tarde la dedicamos únicamente a disfrutar de las playas del centro del país.
Habíamos buscado mucho sobre cuáles eran las mejores playas de Croacia (hay numerosas páginas web donde hay listas sobre cuáles se consideran las más bonitas), pero, finalmente, seguimos el consejo de la propietaria de la “sobe” donde dormimos en split que nos recomendó ir a las playas de Primosten.
El pequeño pueblo de Primosten lleno de calles medievales muy cuidadas está ubicado sobre una península. A uno de los lados de la bahía hay otra península con un gran pinar rodeado de playas de piedras que reciben los nombres de Mala Raduca y Vela Raduca. Una de ellas está justo al lado de la península donde está el pueblo, mientras que la otra le da la espalda ya que está al otro lado del pinar.
Nosotros optamos por ir a la segunda ya que por la tarde los pinos ofrecen sombra a buena parte de la playa y el calor era muy intenso. Vela Raduca es una playa alargada muy tranquila de guijarros con unas aguas muy transparentes. Para aparcar el coche, debéis tener en cuenta que la mayoría de aparcamientos que rodean las playas son de pago.
Casi todas las playas de Croacia son de piedras, así que es imprescindible llevar algún tipo de calzado atado para poder caminar y entrar en el agua sin hacerse daño
Después de un rato de descanso (de tan bien que se estaba, hicimos una siesta de las que hacen historia …), decidimos seguir la carretera que iba hasta Sibenik, donde pasábamos la noche, y buscar alguna pequeña cala de las que te encuentras habitualmente en los arcenes de las carreteras.
Y es que en Croacia las playas no siempre están señalizadas. La pista para encontrar una pequeña cala en medio de los acantilados son los coches que hay aparcados en los arcenes de la carretera de la costa. Si veis tres o cuatro aparcados juntos, significa que allí hay un camino que baja hasta el mar y donde estaréis prácticamente solos.
Tras recorrer unos cuantos kilómetros y no encontrar ningún acceso que llegara hasta el mar, pasamos un cartel que indicaba que habíamos entrado en el municipio de Bilo. Allí encontramos una zona medio habilitada para aparcar el coche (justo en frente de un restaurante), y el acceso a una especie de embarcadero que hacía a la vez de playa.
No era lo que realmente buscábamos, pero la suerte hizo que, mientras accedíamos andando, unas chicas delante nuestro, cargadas con una bolsa de playa, se desviaran hacia la izquierda hacia un camino que bordeaba al mar. Decidimos seguirlas y así es como llegamos a una zona donde, con cuidado, podías encontrar accesos al mar. En algunos puntos, incluso, había como pequeñas calas y tuvimos la suerte de localizar una vacía donde nos estuvimos el resto de la tarde nosotros solos.
Así pues, si deseáis disfrutar de las playas de Croacia en su máximo esplendor, aparcad el coche en el arcén de la carretera y investigad los caminos que hay en muchos lugares costeros. Las playas de la mayoría de islas y pueblos son increíbles, pero no hay nada como descansar en una zona solitaria donde tienes acceso al mar sólo para ti.
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