Cuando decidimos hacer una ruta en coche por Croacia y Eslovenia, si algo teníamos claro es que una parada del viaje la haríamos en el Lago Bled, en el norte de Eslovenia.
Gracias a aquellos típicos artículos que se publican a menudo con titulares parecidos a Paisajes de cuento que no te creerás que sean reales o Lugares del mundo que tienes que visitar una vez en la vida, años atrás descubrimos que aquella fotografía que se usaba de manera recurrente de una iglesia en un islote en medio de un lago glacial rodeado por los Alpes Julianos era el Lago Bled.
Así pues, cuando ya estaba a punto de acabarse nuestro viaje de verano por los Balcanes, después de despertarnos en Ljubljana en un día muy lluvioso, pusimos rumbo hacia Bleb, que está a poco más de media hora para carretera de la capital eslovena. La ciudad es muy tranquila y casi toda su actividad gira alrededor del gran atractivo de la zona: el lago.
No es fácil encontrar aparcamiento. Durante el verano el pueblo está lleno de turistas que van a pasear por la zona y en invierno lo llenan los esquiadores que aprovechan la proximidad de la zona con las pistas de esquí para alojarse. Eso sí, hay numerosos aparcamientos de pago, pero mirad bien en cual accedéis si sólo tenéis ganas de estar un rato por la zona. Algunos te ofrecen pagar entre 1 y 2€ por estar estacionados entre una y dos horas, mientras que otros te hacen pagar directamente 10€ por todo el día, aunque sólo quieras estar un par de horas. Esto ocurre sobre todo con los aparcamientos que están más cerca del islote (el lago es ovalado y la isla no está justo en el medio, sino que está mucho más cerca de una orilla que de la otra).
Para llegar hasta la isla y visitar la iglesia de la Asunción hay diferentes opciones: se puede coger una especie de góndola que transporta a los grupos (12€ por persona ida y vuelta) o alquilar un pequeño barco de remos por unos 10€. Una vez allí, hay que subir 99 escalones para llegar hasta la iglesia.
Nosotros optamos por dar un paseo por la orilla del lago, ya que el tiempo estaba muy amenazante y no teníamos ganas de que nos cogiera un buen chaparrón allí en medio (fue una sabia decisión porque cuando justo empezábamos a deshacer el camino por alrededor del lago comenzó a llover …).
Ahora bien, las mejores vistas del lago se obtienen desde el castillo, Blejski Grad, que está en lo alto de un acantilado. De hecho, el motivo principal de que tanta gente suba al castillo (la entrada son 8€) no es su exposición sobre la historia de la zona, sino las espectaculares vistas sobre el lago. Se puede llegar fácilmente en coche, está muy bien señalizado, y dejar el vehículo en el aparcamiento gratuito que hay justo a sus pies.
Pero si no tenéis ganas de pagar los 8€ para disfrutar de las vistas, apuntaros este truco:
Al final del aparcamiento sale un sendero (tirando hacia la izquierda se accede al castillo y hacia la derecha al sendero) que sigue la silueta del castillo hasta llegar justo detrás. Está abandonado y hay algunas rocas y plantas molestas, pero no es complicado moverse. Ascended un poco y obtendréis unas espectaculares vistas sobre el lago sin haber pagado ni un euro!
La visita al Lago Bled es una excursión muy recomendable si se está pasando unos días en Eslovenia. El entorno es de sueño y un paseo tranquilo por los caminos que rodean el lago es un recuerdo inolvidable.
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