Hace unos días saltaba la noticia a la prensa: Dippy, el dinosaurio que te da la bienvenida en el Museo de Historia Natural de Londres, se jubila. Aprovechando que serán muchos los que querrán ir a darle su último adiós antes de que los responsables del museo lo saquen del vestíbulo para colocar el esqueleto de una ballena azul, he creído oportuno escribir este post sobre uno de los museos más atractivos de la ciudad de Londres.
Alguien puede pensar que las ciencias naturales no van con él, pero sólo para ver la espectacularidad del edificio donde está ubicado ya vale la pena escaparse a este museo y no perder detalle de todos los detalles de flora y fauna que decoran la fachada de terracota de este inmueble diseñado por Alfred Waterhouse y construido expresamente a finales del siglo XIX para acoger esta colección.
Uno de los grandes reclamos del museo es la colección de esqueletos y réplicas de dinosaurios, tanto o más espectaculares que la sala de los grandes mamíferos, donde se puede contemplar desde varias perspectivas una gigantesca ballena azul.
El museo está dividido en cuatro zonas clasificadas por colores:
- Blue Zone: aquí están las salas de los dinosaurios, los grandes mamíferos, los peces, los reptiles y los invertebrados marinos.
- Red Zone: es una galería ambientada en los cambios que experimenta el planeta y las fuerzas que provocan esta evolución.
- Green Zone: en ella se puede seguir la evolución del planeta y descubrir las relaciones que existen entre las formas de vida y su entorno.
- Orange Zone: de reciente creación (la última vez que estuve aún no se había inaugurado), esta zona incluye el Darwin Centre, una ampliación del museo, donde hay colecciones de plantas e insectos, a parte de un jardín de vida salvaje.
No hace falta decir que las galerías más concurridas son las de la Blue Zone. El Museo de Historia Natural de Londres es una gran alternativa si se viaja a la capital británica con niños, ya que buena parte del museo es interactiva y los niños se lo pueden pasar en grande tocando botones y accionando palancas.
Este museo abre todos los días de la semana de 10.00 a 17.50 horas y su entrada es gratuita, excepto para las exposiciones temporales. Si se viaja a Londres durante la temporada alta es recomendable ir justo en el momento de la apertura o a la hora del mediodía, pero aún así puede que no os salvéis de hacer cola o de grandes aglomeraciones, ya que es uno de los museos más visitados de la ciudad.
Se puede llegar en metro bajando en la parada de South Kensington. Justo al salir del convoy hay infinidad de señales que te llevan prácticamente hasta la puerta de acceso del museo, así que no tiene pérdida.
Además, se debe tener en cuenta que el Museo de Historia Natural está ubicado en la llamada Exhibition Road, así que si os quedáis con ganas de mucho más a pocos pasos se encuentra el Museo de Ciencias y el Museo de Victoria y Alberto. Hace falta más de un día (o seguramente más de un viaje) para ver los tres en condiciones.
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