Islandia es un país de contrastes con infinidad de paisajes y lugares para descubrir y dejarte sorprender. Ahora bien, uno de los grandes atractivos son las cataratas, algunas de las cuales incomparables con cualquier otra que hayáis podido ver hasta ahora. Es por ello que hemos querido hacer esta lista con las cinco mejores cascadas de Islandia que no debes perderte si viajas a la isla.
Gullfoss
La catarata Gullfoss forma parte, junto con Geysir y el Parque Nacional de Pingvellir, del llamado Círculo Dorado de Islandia. Es la más famosa de toda la isla ya que al estar bastante cerca de Reykjavik muchas excursiones organizadas llegan hasta ella y suele ser la más concurrida.
Tiene una caída de 32 metros que crea una pared de rocío antes de desaparecer por un estrecho barranco con un ruido ensordecedor. Si hay niebla el segundo nivel puede quedar tapado y hacer perder mucha espectacularidad a la cascada, pero si cogéis un día con sol y podéis ver los arcos iris que forma, os quedaréis sin palabras.
Seljalandsfoss
Puede que no sea una de las más espectaculares a pesar de tener una caída de 60 metros. Ahora bien, lo que la hace muy especial es que tiene un pequeño sendero que te permite caminar por detrás del salto del agua y la sensación es mágica. Eso sí, no es recomendable pasar sin impermeable y hay que ir con cuidado de no resbalar porque el entorno suele estar siempre muy mojado.
Skógafoss
Skógafoss tiene 25 metros de ancho y 60 de salto de agua. En función de cómo sopla el viento puedes ponerte casi hasta debajo de la cascada casi sin salpicarte, pero en otras ocasiones te la tienes que mirar desde cierta distancia si no quieres terminar bien empapado.
En su lateral hay unas escaleras (bastante empinadas) que permiten subir hasta lo más alto del salto de agua y ver parte del trayecto que hace el río. Si recorrieseis este río acabarías llegando el volcán que en 2010 paralizó el tráfico aéreo de casi toda Europa, el Eyjafjallajökull.
Svartifoss
Está situada en medio del Parque Nacional de Skaftafell y se puede llegar a ella después de una caminata de una media hora por uno de los senderos que sale del centro de visitas del parque.
Svartifoss, también conocida como la “catarata negra“, está rodeada por columnas basálticas de color negro de origen volcánico. De hecho, la forma de estas rocas ha inspirado a algunos arquitectos islandeses, como el que diseñó Hallgrímskirkja, la catedral de Reykjavik.
El mismo camino que lleva hasta la cascada se puede ir siguiendo hasta llegar a un punto donde se puede contemplar una de las lenguas del glaciar Vatnajökull.
Detiffoss
Dettifoss, también conocida como la “garganta de los dioses”, es posiblemente una de las cataratas más espectaculares que verás en tu vida y lo mejor de todo es que puedes acercarte una barbaridad, casi hasta tocar el agua!
Tiene una altura de 44 metros, que comparada con la de otras cascadas no es gran cosa, pero ver la cantidad de agua que cae cada segundo por sus 100 metros de anchura es algo indescriptible.
Eso sí, debes tener en cuenta que llegar es toda una aventura ya que el mal estado de las carreteras que llegan (hay una únicamente para 4×4 y otra para todo tipo de vehículos) son capaces de acabar con la paciencia de un santo. En este otro artículo podrás leer cómo llegar a Dettiffoss.
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